Lonely Planet publica su nueva lista de destinos imperdibles entre ellas el Salar de Uyuni

agosto 16, 2019
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Salar de Uyuni, Bolivia

Visitar el Salar de Uyuni, el lago salado más grande del mundo, es como caminar entre las nubes. Es una ilusión óptica a gran escala. Prepárate para sorprenderte mientras presenciamos el cambio de paisaje ante tus ojos.

Llegar al Salar de Uyuni, el salar más grande del mundo, se siente como si estuvieras caminando entre las nubes. Después de la lluvia, el agua en la superficie salada del lago crea una ilusión brillante similar al vidrio, lo que convierte al lago en un espejo que refleja el cielo.

El Salar de Uyuni también es bastante impresionante cuando es árido y la superficie se agrieta con patrones geométricos. Además, cuando está seco puedes visitar la Isla Incahuasi.

Uyuni

La ciudad más importante de la zona es Uyuni, hoy el centro turístico más visitado. En el pasado Uyuni también tuvo una gran importancia. Se fundó en el año 1889 cuando se experimentaba en la región un gran auge comercial debido a las minas de plata y estaño. La minería jugó en el país y especialmente en esta zona, un rol preponderante. La mina de plata Huanchaca, descubierta en 1835 por Mariano Ramírez, fue una de las más emblemáticas durante la época republicana. Con su gran riqueza, impulsó el desarrollo de Uyuni y Pulacayo. También financió la construcción del ferrocarril, tanto el nacional como aquel que llevaba las exportaciones a Argentina y Chile. A esa época, presidida por el gobierno de Aniceto Arce, pertenecen todos los trenes y locomotoras que se exhiben hoy como reliquias en el cementerio de trenes. La cíclica crisis minera afectó considerablemente los intereses económicos de Uyuni, ciudad que resurgió gracias al turismo que crece año tras año.

Cementerio de Trenes

Es una gran atracción turística. Se trata de un lugar desolado repleto de maquinarias ferroviarias abandonadas. Al ver ese panteón de fierros retorcidos y locomotoras en desuso, pensamos en el pasado glorioso que tuvieron a principios del siglo XX. El auge de la minería de plata demandó la construcción de vías férreas y Uyuni fue el lugar en Bolivia donde se escuchó por primera vez el silbato de un tren. La riqueza de la mina Huanchaca hizo que el ferrocarril se convirtiera en la columna vertebral del desarrollo minero. “La sola imagen de una locomotora era el símbolo inequívoco de progreso y por ende, motivo de gran algarabía”

Por Uyuni pasaba todo el mineral con destino al puerto de Antofagasta para su exportación. Ese fue el principio de la ruta que hoy une a Oruro y Villazón, pasando por Tupiza y otros pueblos que nacieron y crecieron a orillas de la vía férrea. Hoy en día, todas aquellas máquinas empequeñecidas por la inmensidad del altiplano y abatidas por el clima que las corroe, permanecen allí solamente como un recuerdo del pasado.

Estas locomotoras abandonadas nos transportan a un pasado glorioso.

 

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